jueves, 5 de diciembre de 2013

Una nueva forma para combatir el cáncer: “Aji picante, el milagro de la capsaicina

Desde hace muchos años hay una búsqueda incesante de sustancias en los laboratorios de pruebas para vencer el cáncer. Sin embargo, hasta ahora, ninguna había demostrado firmemente dicha capacidad desde el punto de vista científico-médico (otra cosa es la evidencia empírica que existe en muchos pueblos de la efectividad de determinados tratamientos naturales).


El compuesto que hace picante la comida y que genera calor en los remedios para los desgarres musculares puede ser la clave para una nueva generación de medicamentos contra el cáncer; mata los tumores sin efectos colaterales, explicó científico.


La capsaicina, el componente activo del chile, ha producido efectos "sorprendentes" en pruebas para acabar con una variedad de células tumorales, incluido el cáncer de páncreas, una de las versiones del mal más difíciles de curar.

El doctor Timothy Bates, que dirigió la investigación en la Universidad de Nottingham, dijo que su equipo descubrió un potencial, talón de Aquiles de todos los cánceres, pues la capsaicina se dirige a la "central" o fuente de energía de las células tumorales.

Pero eso ha sido hasta ahora, pues desde hace poco tiempo, se ha venido constatando la presencia de algunas sustancias o plantas, como los Ajís o la Graviola, que están demostrando su eficacia para frenar e inclusive curar este mal pandémico. En diversos estudios, una sustancia de los Ajís demostró su poder anti-cancerígeno en cultivos de células de cánceres de pulmón y páncreas humano. Asimismo, han demostrado que una dosis de esta induce la muerte de las células cancerosas y no tienen dicho efecto en las células normales.
La sustancia que hoy estudiaremos se encuentra en los populares pimientos picantes, chilis o ajís, como se los conoce. Nos referimos a aquella variedad de los pimientos que contienen una especial potencia pungente (es decir, pican), y su potencial anticancerígeno se debe a la capsaicina, una sustancia que produce “el suicidio” de las células cancerígenas. Su acción puede no solamente frenar, sino también erradicar, esta enfermedad.

Su acción contra el cáncer

La capsaicina pertenece a una familia de moléculas llamadas vaniloides. Estas moléculas producen la muerte de las células cancerígenas. Esto lo hacen pegándose, literalmente, a las proteínas de unos orgánulos muy necesarios de las células (las mitocondrias) y produciendo la muerte de las mismas.

Pero lo más impresionante es que no solamente matan las células cancerosas, sino que no dañan las células que rodean al tumor, que están sanas, o son normales.
Lo que diferencia a las mitocondrias de las células cancerosas de las sanas es que tienen una bioquímica completamente diferente. Esa es una de las razones fundamentales de esta selectividad de acción de la capsaicina. Esta vulnerabilidad es innata y selectiva para las células cancerígenas.
En consecuencia, el consumo de esta sustancia presente en altas dosis en los pimientos jalapeños, el ají y otros tipos de pimientos muy picantes, es altamente recomendable para iniciar un refuerzo de nuestro sistema en la prevención del cáncer, en general. Como estas sustancias (los vaniloides) entre los que se encuentra la capsaicina, se encuentran en muchos alimentos, las previsiones farmacéuticas piensan que se podrá obtener algún fármaco de forma rápida y a bajo costo. Pero mientras tanto, el Cancer Research UK recomienda reducir el riesgo de cáncer mediante una dieta saludable y balanceada, con abundancia de frutas y vegetales.

La prueba empírica


Aplicó el compuesto a células humanas con cáncer pulmonar (lo que se considera la prueba de oro, en cuanto a criterios, para los medicamentos anticancerosos) y produjo una "sorprendente" tasa de muerte celular. Una cifra semejante se registró en células de cáncer pancreático.
En un comunicado de los investigadores, afirman: "Estos resultados son altamente significativos dado que el cáncer de páncreas es uno de los más difíciles de tratar y tiene una tasa de supervivencia de cinco años y de menos de uno por ciento". Un medicamento basado en la capsaicina podría ser particularmente efectivo para tratar cáncer en niños, ya que sus células están predispuestas a morir por apoptosis.
El doctor Bates dijo que el hecho de que la capsaicina, parte de un grupo de compuestos alimenticios conocidos como vainilloides, fuera común y una parte segura de la dieta en muchos países, podría reducir dramáticamente el número de obstáculos regulatorios que tiene que remontar cualquier medicamento anticanceroso.

Como usar el chile para prevenir el cáncer


Para lograr el efecto anticancerígeno deseado, según estos estudios, una persona de unos 90 kg de peso debe ingerir unos 400 miligramos de capsaicina 3 veces en semana. Ello supone la ingesta de entre tres y ocho chiles habaneros frescos. Pero ¡atención! estos pimientos son los que tienen un mayor contenido en capsaicina, estimándose el grado de picante, según la escala Scoville, en más de 300.000 unidades, es decir, son superpicantes y puede que su paladar no lo soporte. Para que nos hagamos una idea, otras variedades como los jalapeños, pueden contener sólo entre 2.500 y 8.000 unidades Scoville.


Expliquemos con un poco más de detalle cual es el mecanismo por el cual el chile o ají actúa inhibiendo o matando el cáncer:

La apoptosis o muerte celular es un fenómeno normal que se produce en los tejidos y órganos de nuestro cuerpo,  gracias al cual existe un equilibrio entre las células nuevas y aquellas que son más viejas o están ya deterioradas. Sin embargo, las  células cancerígenas se hacen inmortales ya que evaden genéticamente los mecanismos moleculares de apoptosis.

Los científicos observaron que la capsaicina inhibió la actividad de un mecanismo molecular que está alterado en las células cancerosas(el NF-kappa Beta) y que, en condiciones normales,  participa en la apoptosis o muerte celular, en muchos tipos de células. La regulación defectuosa del NF-kB por parte de las células cancerígenas es una de las razones que promueven su eterna supervivencia.
El componente picante de los chiles redujo además la formación de  una proteína que a menudo es producida en altas cantidades por los tumores de próstata y que puede señalar la presencia del tumor en hombres. Esta proteína se conoce como antígeno prostático específico (PSA).


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